LA DRAPETOMANIA, O LA ENFERMEDAD DE LOS NEGROS.

Cuando la guerra civil de EE.UU promediaba, debía justificarse de modo científico la ideología por la cual el racismo pondría su marca desde sus construcciones. No se trataba tanto de la diferencia de hombres por razas sino de la opresión esclavista que implicaba un negocio comercial y barato: trabajar en el campo con tabaco o algodón. Esa era la mano de obra que los sureños de EE.UU querian sostener. La libertad les llegó a los negros de la mano de la Unión. Aunque algunos como el Dr. Samuel Cartwrigth se escandalizaran.
Cuando leas esta nota no te sorprendas. 
Pensá en cuantas enfermedades son ideologicas en nuestra sociedad y siguen esclavizando...
 
 



 "Enfermedades y peculiaridades de la raza negra"
por el Dr. Cartwright (en la reseña de DeBow)

  LA DRAPETOMANIA, O LA ENFERMEDAD DE LOS NEGROS.

        Es desconocido para nuestras autoridades médicas, aunque su síntoma de diagnóstico, la fuga del servicio, es bien conocido por nuestros plantadores y supervisores ...
        

Al darse cuenta de una enfermedad no clasificada hasta ahora entre la larga lista de enfermedades a las que está sujeto el hombre, era necesario tener un nuevo término para expresarlo. La causa en la mayoría de los casos, que induce al negro a huir del servicio, es tanto una enfermedad de la mente como cualquier otra especie de alienación mental, y mucho más curable, como regla general. Con las ventajas de un asesoramiento médico adecuado, seguidas estrictamente, esta práctica problemática que muchos negros tienen de huir, puede prevenirse casi por completo, aunque los esclavos estén ubicados en las fronteras de un estado libre, a tiro de piedra de los abolicionistas.
 Si el hombre blanco intenta oponerse a la voluntad de la Deidad, tratando de hacer que el negro sea algo más que "el sumiso doblador de la rodilla" (que el Todopoderoso declaró que debería ser), tratando de elevarlo a un nivel consigo mismo, o poniéndose en igualdad con el negro; o si abusa del poder que Dios le ha dado sobre su prójimo, siendo cruel con él o castigándolo con ira, o descuidando protegerlo de los abusos sin sentido de sus compañeros y de todos los demás, o por Al negarle las comodidades y las necesidades habituales de la vida, el negro huirá; pero si lo mantiene en la posición en que aprendemos de las Escrituras, estaba destinado a ocupar, es decir, la posición de sumisión; y si su maestro o supervisor es amable y gentil al escucharlo, sin condescendencia, y en el momento oportuno atiende sus necesidades físicas y lo protege de los abusos, el negro está hechizado y no puede huir.
 

De acuerdo con mi experiencia, el "genu flexit" - el temor y la reverencia, deben ser eximidos de ellos, o ellos despreciarán a sus amos, se volverán groseros y ingobernables, y huirán. En la línea de Mason y Dixon, dos clases de personas podían perder a sus negros: aquellos que se familiarizaban con ellos, los trataban como iguales y hacían poca o ninguna distinción con respecto al color; y, por otro lado, aquellos que los trataron con crueldad, les negaron las necesidades comunes de la vida, descuidaron protegerlos contra los abusos de otros, o los asustaron con una forma de abordaje, cuando estaban a punto de castigarlos por delitos menores.

 Antes de que los negros se escapen, a menos que estén asustados o asustados, se ponen de mal humor y se sienten insatisfechos. La causa de este malestar y la insatisfacción debe investigarse y eliminarse, o pueden huir o caer en el consumo negro.
Cuando estaba malhumorado e insatisfecho sin causa, la experiencia de los que estaban en la línea y en otros lugares era decididamente a favor de sacarlos de allí, como medida preventiva contra la fuga u otra mala conducta. Se llamaba azotar al diablo fuera de ellos.
 Si son tratados con amabilidad, bien alimentados y vestidos, con combustible suficiente para mantener un pequeño fuego encendido toda la noche, separados en familias, cada familia tiene su propia casa, no se le permite correr por la noche para visitar a sus vecinos, recibir visitas o utilizan licores intoxicantes, y no tienen exceso de trabajo ni están demasiado expuestos al clima, son muy fáciles de controlar, más que cualquier otra persona en el mundo.

Cuando se hace todo esto, si cualquiera de los más, en cualquier momento, se inclina a elevar sus cabezas a un nivel con su maestro o supervisor, la humanidad y su propio bien requieren que sean castigados hasta que caigan en esa sumisión. Estado que estaba destinado a que ocuparan en todo momento posterior, cuando su progenitor recibió el nombre de Canaán o "sumiso de rodilla-doblador". Solo tienen que ser mantenidos en ese estado y ser tratados como niños, con cuidado, amabilidad, atención y humanidad, para prevenir y curar que se escapen.


    

        La reseña de De Bow

        Estados del sur y occidentales

        Volumen XI, Nueva Orleans, 1851

        AMS Press, Inc. Nueva York, 1967