sábado, 4 de marzo de 2017

EGIPCIOS. NADA NUEVO BAJO EL SOL

EROTICA 

ES 

UNA TEORIA DEL AMOR


En 1824, en medio de la obsesión occidental por Egipto (especialmente de las expediciones inglesas y francesas), una antigua reliquia vio la luz por primera vez en miles de años. Se trataba del Papiro 55001, una inscripción egipcia elaborada hace más de tres milenios; también conocida como el Papiro de Turín, la representación sexual gráfica más antigua de la que se tenga registro.

El papiro se divide en dos partes, la primera cuenta fábulas propias de la cultura egipcia, con animales realizando labores humanas, la segunda es polémica y representa una imagen de un prostíbulo de Tebas, una de las llamadas “casas de cerveza” que se convertían en santuarios del sexo y erotismo. A pesar de su importancia histórica, el documento se mantuvo oculto durante al menos un siglo por la ignorancia y los tabúes de antropólogos e historiadores. 


El lienzo incluye 12 ilustraciones de escenas sexuales explícitas entre hombres y mujeres, en múltiples posiciones sexuales y con una alta carga de erotismo. A pesar de que la versión más común en los círculos de expertos afirma que se trata de un archivo con importancia ritual y fines místicos; tal y como ocurre con un famoso tratado, un milenio más joven, el Kama Sutra. Otra corriente mantiene en pie la posibilidad de que se trate de la representación de una escena común en la sociedad egipcia o una simple ilustración conservada con fines eróticos sobre las prácticas sexuales.

En el papiro aparecen mujeres preparándose para el momento de clímax y hombres expectantes. En otra región del mismo, se muestran parejas durante la penetración, de formas tan creativas como desafiantes a la moral actual: ambos de pie y la mujer con una pierna sostenida en el aire por el hombre, de espaldas a su amante que sujeta su cabello o en la misma posición con ella sobre un carruaje mientras es penetrada.

El papiro erótico de Turín incluye elementos que hacen referencia a Hathor, diosa del amor y la música. En una escena, una mujer deja caer una lira mientras tiene sexo con un hombre y, en al menos un par de veces, aparece la flor de loto, simbolizando la sexualidad como parte de un ciclo vital, que atraviesa la luz (vida) y oscuridad (muerte); abriendo y cerrando tal como ocurre con la acción natural de esta especie en el norte de África. Se trata de una concepción del sexo como renacimiento y renovación, acto fundamental del equilibrio del cosmos y el orden del Universo.





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